Ser o no ser, esa es la cuestión

¿Quién no ha escuchado esta frase de William Shakespeare que en ocasiones pasa a la ligera o desapercibida en su sentido profundo? Pues bien, quiero empezar esta serie de escritos de mi experiencia espontánea en el mundo sentando unas bases, si fuera posible ir directamente al punto.

Para mí, quién estaba detrás del pseudónimo de William Shakespeare fué un iluminado que quizás usaba el recurso de literatura tomando elementos del aspecto humano y confrontándolos sutilmente, pero bien sabía de qué se trataba este mundo y sus personajes…

“Todo el mundo es un escenario, y todos, hombres y mujeres, son meros actores. Todos tienen sus entradas y salidas, y cada hombre en su vida representa muchos papeles”. William Shakespeare

Quién ha investigado sobre el budismo, quizás por curiosidad, encontrará que se cuestiona esta realidad y el “yo” se puede comprender como una ilusión de una identidad que dista del verdadero ser.

“Ser o no ser” describe lo que frecuentemente se experimenta ante el mundo. Cuando se trata de un individuo que se plantea esta pregunta, se puede estar abriendo un camino al Ser detrás de esta vida, y debido a una inversión del pensamiento lo mejor es usar ese mismo recurso (de inversión) removiendo por un instante lo que no soy para plantear lo que somos en realidad.

No soy mis preocupaciones, no soy mis defectos, no soy mis pensamientos incesantes, no soy mi mente impulsiva, no soy mis sufrimientos o penas, no soy mis culpas, no soy mis tropiezos o fracasos, no soy mis errores, no soy mis juicios, no soy un mar de emociones, no soy mi personalidad, no soy mis ideales o deseos, no soy un organismo biológico, no soy un cuerpo, luego entonces, ¿Qué o quién soy? Comprenderías con mente y corazón abierto las palabras de aquel Maestro cuando dijo: “Yo Soy”.

Esta negación e inversión nos abre el camino para una comprensión distinta de la usual cuya utilidad llega a tener un alcance. Sería como abrirte a la visión de la unidad pero al decirlo se tiende a interpretar en un lenguaje del mundo y otra cosa es su realidad. Lo que estoy tratando de comunicar en este sentido es que en ti está lo real que da sustento y atención a esta experiencia de multiplicidad, no se trata de ignorar la vida que conoces, suprimir en el mundo a la persona o descuidar el cuerpo y olvidar tus anhelos. Sin embargo, en un nivel muy profundo, quien realmente eres No es quien has creído que eres.

Si experimentas dualidad se vale considerarla

Si has observado bien el mundo, podrías haberte dado cuenta que carece de sentido y de allí que se busca un propósito. Tendría que decir también que, en tanto se experimenta la dualidad del mundo, quedarte atrapado planteando que las cosas deberían ser de otra manera, que el mundo que conoces es demasiado loco o que cuestiones para qué o cómo disfrutarlo no resuelve nada. De hecho, puedes disfrutarlo con una espontaneidad semejante a la de los niños, muchas veces mejor si es de un modo iluminado. También puedes aceptar tus bajones de ánimo pero no tienes que quedarte ahí sino que puedes abrirte a la actitud de levantarte tan pronto como sea posible. Pero, de hecho, es muy cierto que este mundo parece estar demente.

Es común experimentar una confusión de identidad debido a la dualidad del mundo, pero se hace necesario considerar que hay un lugar desde la esencia donde en vez de emitir juicio como antes se puede ver con otros ojos. Sigues tu vida corriente, siendo normal aunque quizás ya estés fuera del promedio, me refiero sobretodo a las ocupaciones, al modo de proceder y compartir, o de vivir quizás en familia, en comunidad o un poco aislado si así lo prefieres. Y es que este mundo no es normal para una mente que se da cuenta de que un giro es apremiante y que reconociendo su esencia experimenta algo denominado la especie humana, al parecer mas favorable en capacidades que la mayoría de mamíferos. Como si fuera poco, como humano generalmente se debe buscar un modo para el sustento vital, me refiero a quién advierta que “hay que ser realista”, cosas de la dualidad.

Si para ti, en este momento histórico llegar a decir “Yo Soy” sería algo grave, te pido el favor que evites esta información, así como cualquier incomodidad que te sea intolerable al respecto, quizás no lo necesitas o simplemente es para quién resuene con ello.

Siendo así, podrías ser un portador de milagros. Del relato de las escrituras donde el Maestro Jesús se ve tentado podemos hacer la conjetura de que no tienes que hacer milagros que te pida un tentador. También parece que en ese momento aún no se le conocían milagros al Maestro. Se puede comenzar por incrementar la Paz Interior que es un verdadero milagro.

Tomar distancia del drama del sufrimiento no significa que dejes de sentir, se trata de enfrentar dos niveles distintos, el de la mente y el de la forma, o bien, el del espíritu y el de la experiencia del mundo. Uno es real el otro una proyección, más mientras experimentas esa dualidad puedes considerar estos dos niveles cada uno en su contexto, por lo que sigues tu vida de modo natural. No tiene caso negar la dualidad en el mismo nivel de ésta, dando círculos ciertamente incómodos.

Así que esto de abrirte a tu esencia, entendiéndose como principio activo del espíritu o mente, y experimentar lo humano no es sencillo, mas entrenar la mente resulta importante para tu bien. Información como esta puede ser un alivio o un abrebocas, en ocasiones necesario. Si conectas con esto necesitarás hacer lo que se hace en un gimnasio, pero con la mente, y del mismo modo verás que podría ser necesario asumirlo en tu vida aunque varíe la rutina. En mi caso, aunque ha sido un proceso y continúo en ello, uno de los pilares de mi entrenamiento ha sido el libro titulado “Un Curso De Milabros” de la Fundación Para La Paz Interior, incluso tiene lecciones, puesto que la práctica es necesaria, y es que la vida misma te deja una rutina, allí en medio de tu familia, de situaciones diarias, en medio de la convivencia, pero tendrás un referente y sobretodo un Guía Interior.

Cuestión de identidad

Sé que he ido al punto demasiado directo, aunque en el fondo te podrías percatar que este mundo no es del todo consistente o hayas experimentado una crisis de identidad cuando te has acostumbrado a quién crees ser y llegas a sentir que es mejor evitarla en lugar de afrontarla. Esta bien, al parecer eso es una tendencia de la dualidad, si te sientes incómodo ante tu divinidad puede ser comprensible, si crees que eres Alex o que eres Janeth igual se requiere que hagas tu papel, sin embargo, sería mejor un papel iluminado.

Dada la influencia cultural o el sistema es impensable y sorprendente que en verdad te llegues a plantear que no eres algo físico y te eleves a una altura semejante a lo Divino, sobretodo cuando el mundo sigue funcionando como lo has conocido, aunque puedes llegar a verlo con otros ojos. Por otra parte, si es el personaje quién asume una posición que no le corresponde evidentemente sería algo sin sustento como una actitud soberbia. Esa actitud puede ser común en quién sólo recibe la información de modo intelectual o quién actua con un ego espiritualizado.

Tu eres el observador que te has involucrado tanto con la experiencia que en ocasiones parece que no estás observando, lo cual requiere ciertamente de tu atención, y reconocer lo que realmente eres desde tu esencia interior es ponerte en la dirección correcta. Sería mejor verlo como un observador que observa al que regularmente observa un mundo externo.

Si por lo pronto prefieres suavizarlo y considerar que en ti está lo divino pero te enfrentas con lo humano, si te sientes más cómodo así sería comprensible. Mas lo que se está indicando es que eres espíritu experimentando un mundo ilusorio, no eres la ilusión, ni el sueño, mas bien el soñador de algo cargado de realismo. En cuanto al personaje, diría algo como guardando un orden y con mesura, observa el mundo y considera qué es prudente sin negar tu Ser si esto se interpreta semejante a considerar los dos niveles mencionados. También puede comprenderse que la experiencia puede ser aprovechada para el aprendizaje y puedes disfrutarla puesto que al darle un propósito a esta vida no estaría en oposición a tu felicidad, y mereces ser feliz.

La cultura influye de modo tal que cuando llegué a escuchar en el catolicismo la frase de que “el otro es cristo”, ya era algo novedoso y dificil de asimilar, pero lo que parecía practicamente imposible, en ese entonces, es que me planteara que si el otro era cristo por tanto debía ser cristo. Aprovecho aspectos de la cultura de esta parte del planeta pero agradezco se eviten posiciones bien fundamentadas que resultan innecesarias para el contexto, cuando se busca aquí que la lógica ayude en un sentido práctico, dirigiéndome simplemente a quien verdaderamente sepa interpretarlo en un buen sentido.

Esto es lo que pasa, puedo decir que en tu esencia esta la divinidad y eres uno con Dios, lo que en verdad eres es Espíritu. Sin embargo, estas experimentando a la vez una persona, un cuerpo, una aparente vida en este mundo que en su propio contexto sería una realidad, por lo que pareciera que volviéramos a lo mismo, desde allí te puedes considerar como un simple mortal, tienes necesidades y ciertamente esa persona No es dios.

Conviene distinguir esos dos contextos o niveles, el del espíritu absoluto del que participas en esencia y el del mundo práctico como individuo. Esta perspectiva enriquece tu visión de esta vida y puedes verla de otra manera sin dejar de experimentarla, incluso disfrutarla. Así que, semejante a lo dicho por Shakespeare, es como si desde acá Eres pero No Eres, entonces ¿Cómo resolver la cuestión?

Se han puesto las bases para continuar con escritos que espero sean enriquecedores y liberadores, te animen y te sitúen poco a poco desde el lado favorable de tu Ser Interior quién es tu Maestro por excelencia. Eres bienvenido.

“Quienes buscan no deben dejar de buscar hasta que encuentren. Y cuando encuentren se sentirán turbados. Y cuando estén turbados se maravillarán. Y reinarán sobre todo”. Tomado del Evangelio de Tomás (versículo 2).