Un Curso De Milagros es un libro de la Fundación para la Paz Interior que me llegó caído del cielo por un regalo de un familiar en 2014. Para mí se trata de toda una práctica o entrenamiento mental en dónde uno de los aspectos que se destacan o trabajan es un nuevo tipo de Perdón, además de los Milagros, por ejemplo, el milagro de la Paz Interior, liberando y liberándote de culpas, incluso inconscientes, quizás curarte de enfermedades relacionadas.
Personalmente simpatizo más con el término “Perdón metafísico” usado por Gary Renard, autor de libros como “La Desaparición del Universo”. A mi entender consiste en el entrenamiento mental de perdonarte y perdonar internamente lo que nunca ha tenido lugar en tanto se comprenda que eres mente y no un cuerpo, y que para esa mente o espíritu, que es lo que tú eres, lo que ocurre en el mundo son tan sólo ilusiones o proyecciones, pero lo ha olvidado. Si piensas que al hablar de que nada ha sucedido en realidad es muy coloquial y poco comprometedor, debo decirte que es lo opuesto pues la proyección te hace ciertamente responsable de ello.
Es posible que ese olvido sea considerado en el camino de aprendizaje que se requiere dada una confusión original, de modo que en algún momento no se necesitará del perdón ni de este tipo de aprendizaje de experiencias en un mundo que no existe, consistiendo en una proyección al nivel de la mente. Agregando que esto se hace contando con la ayuda de tu Guía Interior, o si prefieres llamarlo, Espíritu Santo. De hecho se hace siguiéndolo. Ser su gran seguidor es clave para la práctica de este perdón que se realiza desde un nivel distinto al físico mientras sigues una vida de un modo natural.
El entrenamiento es personal y no es mi intención describir un texto en unas simples líneas. Se comparte lo que has validado que es bueno para tu vida, pero no tiene que aplicarse a todos, de hecho podría generar alguna resistencia. Una manera de dar un indicio sobre Un Curso De Milagros es con un ejemplo, pero antes de eso veamos el siguiente diálogo que he preparado para ilustrar cierto punto.
Imagina que estás soñando, eres amigo de Jesús, lo sientes como tu Hermano. De repente se te aparece en el sueño con su apacible presencia y grata sonrisa. Lo saludas, te alegras, lo abrazas y cómo sabes que sobrepasó la muerte le dices que te indique cómo lo logró. El te dice lo siguiente:
El mundo no existe, es tan sólo una proyección. Ahora me estás viendo en el sueño pero sabes que lo he dejado, no estoy aquí. Para liberarte del aparente ciclo de muerte y vida de este sueño, no necesitas ir en contra de éste en su propio escenario, aunque de hecho no existen escenarios mas que en el sueño, tampoco la muerte. Continúas allí mientras parece no detenerse, utilizas algunas cosas que pueden ser útiles, sigues con esta experiencia tan normal como puedas. Ahora que sientes que consiste en un sueño necesitarás entrenar tu mente para el momento de tu salida. Mira que te traigo un curso, aquí te dejo ejercicios que te ayudarán, en ellos se refleja mi práctica. Sólo ten presente que es un sistema de pensamiento distinto, en el sueño sería como una visión de la unidad mas te habla de lo real. No tienes que creer en ello, ni abandonar tus creencias ahora, aunque inevitablemente desenmascara el sistema de pensamiento de este sueño. Yo he venido a ti porque sentí que lo estabas pidiendo. Puedes aprovechar lo que ves que esté sucediendo para aplicar el perdón que te enseño. Te sugiero mis ejercicios para que los práctiques a la vez que observas el mundo del sueño. Te enfrentarías a dos niveles distintos, uno trae la visión que te ofrezco, el otro la proyección que estás acostumbrado a ver, como cuando estás ocupado y recuerdas algo sobre tu casa. Es posible que esta vez, a la hora de partir del sueño o lo que se llama muerte, te encuentres ligero y preparado para sentir algo como una alarma despertadora, será el momento de salir de éste en lugar de continuar soñando. Ánimo, no pretendas hacerlo solo pues cuentas con un verdadero Guía que es la Voz que susurra en tu interior. Recuerda que estaré contigo, todos los días hasta el fin del sueño. Te doy mi Paz.
Veamos con un breve relato de una escena sobre esas situaciones particulares en este mundo…
En alguna ocasión en la hora de almuerzo, me encontraba en la casa de mi madre, cuando se suscitó una tormenta en un vaso de agua. De repente alguien toco la puerta en lugar del timbre y no calculó su fuerza, sonó brusco. Nos miramos sorprendidos por esta interrupción. Luego al abrir la puerta la persona hablaba de un domicilio y hacía énfasis requiriendo el pago de la factura cuando ninguno de los presentes teníamos conocimiento de tal compromiso. Alguien más de la familia había solicitado el domicilio o servicio sin comunicarlo, y al intentar llamarlo a su número móvil no respondía.
La situación pasó de ligeramente incomoda, al inturrupir el plato de comida, a generar cierto malestar y terminé involucrándome. De modo que era como si se tratara de un favor que requería un dinero para pago de un servicio por un tercer familiar y nunca se comunicó ni respondió a la llamada. La actitud de esa persona era exigente y ciertamente cuando se abrío la puerta no estabamos con el mejor animo de dejar lo que hacíamos, y con la manera de tocar ya se veia reflejado en mi rostro y mi voz el malestar. Y así empezó una discusión en ese almuerzo.
En ocasiones en medio de la convivencia salen a flote emociones y se incrementan con la interacción respecto a la respuesta del otro y ni te das cuenta. Cuando has estado teniendo una buena intención de aclarar algo aún te puedes ver envuelto en un rollo. Todo respondía a un guion y aunque lo iba advirtiendo me tomó varios minutos salirme de ese juego, y a quién apoyaba inicialmente, aunque intentó aclarar las cosas, se unió con el otro familiar quién llegó un rato después para señalar mi actitud de malestar, y yo no entendía que tenía que ver con ese compromiso, desviándose de la situación inicial y aumentándose la discusión. Como dije, una tormenta en un vaso de agua.
Por un instante parece que el juego de la culpa podría condenar a cualquiera, así que en tu mente puedes perdonar ese evento, reconocer que no tiene caso juzgar ni autojuzgarte, que hay un truco del ego, que cualquier culpa aparente se disipa al reconocer que el mundo es ilusorio, que no necesitas hacer real la culpa ni tiene lugar condena alguna, entonces lo enfrentas y te perdonas, también perdonas tal evento. Lo que lo hace dificil es aferrarte a un ego, tu imágen y las relaciones especiales, y es cierto que algunas veces es necesario aclarar algo, pero para liberar la culpabilidad conviene identificarte con tu esencia en lugar de una persona. No se trata de que jamás puedas defenderte admitiendo, por ejemplo, una violencia intolerable, simplemente te remites a otro contexto para observar las cosas bajo la Luz.
Los que gustan de análisis pueden examinar todos los puntos o deducir cosas y encontrar explicaciones, pero ¿qué tanto se necesita de eso cuando no se conoce lo que está en el inconsciente u otros factores que desconoces? No se necesita de análisis si se va directo al punto de que se hace evidente una proyección del inconsciente sin requerir de detalles que difícilmente tendrías al alcance, si bien te podrían ser revelados actuando en consonancia con el Espíritu, sin juzgarlos con una actitud egótica, pues una modalidad de Dios omnisciente con una actitud de falso yo nada tiene que ver con la mente inocente de la que habla UCDM.
Considerando un empoderamiento interior o responsabilidad interna con tu esencia, independiente de quien tenga la razón en una discusión y precisamente aunque fueses un insensato dado que el otro tiene una expectativa de tí, ¿te sentenciarías por ello o a otro? ¿qué caso tiene quedarte atrapado, juzgarte o juzgar al otro?
Esto para tomar los dos contextos, eres espíritu y en el sentido práctico te encuentras interactuando en una experiencia del mundo. Pero ¿desde cuando la experiencia del mundo debe suprimir tu verdad última? Si eres espíritu ¿qué poder tiene lo que desde el espíritu es ilusorio? En últimas, ¿cómo haces considerando que lo que ves es una proyección?
Así que respiras, te detienes, ya dejas de defenderte si lo hacías, incluso no importa como hayan salido aparentemente las cosas o si lo atiendes en un momento posterior, pero sin duda, si aprendes a detenerte es porque has adquirido práctica. Volviéndote a tu interior aplicas lo que se ha denominado Perdón metafísico, que se refiere a un contexto mental, sería como sobreponerte a lo que te impulsa la visión del ego y en su lugar ver las cosas con aquel Guía Interno que te recuerda que el mundo es una proyección, puedes perdonarte lo que sea que te corresponde, lo que proyectaste o sale de un inconsciente, perdonar la situación o al otro, con la intención de continuar sin resentimiento y sin necesidad de dirigirte a personas. Lo enfrentas por un momento y lo entregas al Espíritu Santo o Guía Interno para que lo que se ha proyectado vaya quedando corregido o sanado.
Dicho de otro modo, las personas están acostumbradas a un sistema de pensamiento propuesto en el mundo. El perdón metafísico es la elección por un sistema de pensamiento distinto, la Voz del Guía por excelencia. Atreverte a considerar o recordar que eres espíritu y que puedes acceder a este novedoso sistema de pensamiento, es pensar como pensaría Dios y no como el mundo. Si eso te resulta inaceptable es curioso que llegues a este punto. Mas si consideras que eres uno con la fuente, tienes acceso a este sistema de pensamiento, de modo que el tomador de decisiones (quién eres en esencia) podrá elegir cada vez de un modo distinto al mundo, en tanto observe el error por encima del campo de batalla. Es como, atreverse a pensar como el Absoluto y recordar la inocencia del Espíritu, desde allí la Unidad, habiéndote reconocido.
Te remites a un nivel metafísico pero a su vez sigues una vida práctica en el mundo, de hecho lo usas para esta práctica. Habrán cosas que se asimilan o sanan con el tiempo (algunas pocas como si estuvieras a fuego lento, prolongado y encendido), finalmente la práctica hace al maestro y lo que requiere de esa atención se observa por un instante para que sea sanado o ajustado lo correspondiente en la mente.
Todo esto que hemos hablado gira en torno a la Paz Interior. Si te preguntas que significa, diría que eso mismo que se expresa. También podemos esclarecer lo que No es. Por ejemplo, No es la paz del mundo ni de tu prójimo como individuo, mas esta Paz puede influir en el mundo, su sociedad y en los indiviudos, puesto que en su aspecto esencial participan del mismo aspecto tuyo. Y como hemos hablado de una proyección que se origina en cierta mente, si te enfocas en su origen verás que se terminará reflejando en lo externo o en tu contexto de vida.
La Paz Interior tampoco significa que una persona nunca se irrite o nunca experimente intranquilidad, miedo o ansiedad. Lo que esto significa primero es que se busca un lugar interno donde se goza de cierta Paz y en un buen grado se verá reflejada en la persona. Si la persona pierde la paz, puede respirar y acudir a una Paz que No se ha perdido en el interior de su esencia.
El ego muchas veces se incomoda con la Paz Interior por lo que el individuo podría verse agitado con cuestiones del mundo, pero puede percatarse de esto y elegir de nuevo La Paz, sin importar cuantas veces requiera hacer esto.
Podría añadir que con el ejercicio de este tipo de perdón buscas tu quietud agradeciendo por recordar quién eres en realidad, proclamando tu derecho, ya que eres merecedor de la fuente divina cuando ésta corre en todo tu ser si así lo sientes, independientemente de lo que veas en el mundo puesto que dificilmente conoces lo que hay detrás de un velo. Suele suceder que el juez más severo seas tu mismo, es por esto que si en lugar de la inocencia tienes mentalidad de ser pecador, de culpabilidad, karma o similar, tal creencia o sentencia será según tu juicio, sin importar si es correcto o no.
Advierto aquí un riesgo en estructuras de la personalidad, ideas o creencias, o del sentir generoso inclinado a la experiencia en lugar de tu voz interior, pues he observado que en la mente (o en un nivel sutil que No es el absoluto, quizás lo que llaman alma) podría darse lugar eventualmente a un sentido de perfección fuera de contexto, no muy apropiado cuando se remite a una manera de proceder en el mundo que no aplica como en el espíritu. Desde aquí es importante enviar la señal al inconsciente para que se recuerde la inocencia del Espíritu y el merecimiento de acceso al Ser Divino que eres, si te abres a recordar o hacerte consciente de esto.
Me refiero a que resulta importante abrirte a la inocencia de tu Ser dado que regularmente no se te ha enseñado cuando lo que se te ha inculcado es la culpa (a ti o al otro) o te has identificado con algo equivocado sobre quién en verdad eres, y es parte de lo que se adquiere con la práctica de “Un Curso de Milagros”. Esto también te lleva a abrirte al Amor incondicional contigo mismo y será la base para llegar a expresarlo con una libertad que no es manipulable.
Poco gusto de memorizar números de citas bíblicas y poco frecuento los evangelios actualmente, no obstante, en relación al aspecto de empoderamiento ¿que os parece esta cita?
“Y en vuestra Ley está escrito que el testimonio de dos personas es válido. Yo soy el que doy testimonio de mí mismo y también el que me ha enviado, el Padre, da testimonio de mí.” (Jn. 8,17-19)