Al día siguiente nos preparábamos para salir lejos de la ciudad hacia la finca de nuestro primo Felipe, así que mi hermano pasó a recoger a Janeth – su novia – y a su amiga la fisioterapeuta.
~ Hola Alex ¿cómo has estado? – saludó Lorena con una bella sonrisa en su rostro, la verdad que no me había fijado lo suficiente en ella pero se veía muy bien.
~ Hola Lorena, yo bien, creo que en parte se debe a ti.
El sueño me venció así que no comencé siendo una compañía elocuente para ella. Qué más da, si les das mucha importancia menos te prestan atención.
Llegamos poco antes del mediodía a la finca de Felipe, quien ya se encontraba esperándonos. Una vez puestos los pasabocas sobre la mesa, entre charlas, recuerdos cómicos del pasado y el vino pasábamos el tiempo.
Luego llegó un instante de silencio y de repente comencé a sentir que algo en mí vibraba. Ah, por supuesto, era el teléfono móvil que había dejado en modo vibrador. Para mi sorpresa se trataba de la respuesta de Laura a mi email.
Acto seguido envié otro correo preguntando si podía hablar con ella proponiendo una hora específica, de modo que lográramos comunicarnos de ser posible por internet. Dadas las distancias la mejor manera de hacerlo era por medio de un video-chat, así que pasado el mediodía la pude ver después de muchísimos años.
~ Hola.
~ ¿Cómo estás?
~ Bien, aunque no tanto como tú, te ha sentado bien lo de ser madre, estas muy bella.
~ Gracias. Tanto tiempo sin vernos … aunque sea así por video. No lo puedo creer. Tu también estás lindo.
~ Y dime, ¿qué has hecho?
~ No mucho, he vuelto a trabajar, ahora medio tiempo, y luego permanezco con mi hija. ¿Y cómo ha sido tu recuperación?
~ Tendría cosas por contarte, pero finalmente estoy bien. Ahora siento que la vida me muestra un panorama bien amplio.
~ Eso me alegra.
~ ¿Cuántos años han pasado desde la última vez que nos vimos?
~ No lo sé, ha pasado demasiado tiempo, mucho más de una década. Pero si a esto le llamas vernos …
~ Tal vez esta sea la ocasión para hablar de cosas que antes no podíamos tratar, pudiera ser que falte cerrar algún capítulo de nuestras vidas, pero es mejor que sea de este modo.
~ Yo si quisiera verte en persona, aunque me alegra verte hoy así y me ha sorprendido mucho que me escribieras, hacía mucho que no sabía de ti. ¿Alguna vez pensabas en mi?
~ Sí, aunque creí odiarte, de algún modo pensé que lo hacía, pero lo que verdaderamente odiaba es que no te podía odiar, no me sentía a gusto conmigo mismo por ello.
» Luego, a pesar de tener una vida demasiado ocupada sin instantes casi para respirar, habían momentos en que me preguntaba por ti, además me venían muchos recuerdos contigo. Quizás el mantenerme ocupado me ayudaba a no pensarte tanto.
~ Yo no he dejado de pedir por ti. Ahora te siento más suelto, te veo distinto y más interesante.
~ Bueno, debe ser que te vas haciendo adulto en cada aspecto, aunque es como si volviera a aprender lo mismo que sabía desde mi juventud pero sin cierta basura ni guías convencionales de carne y hueso. He tomado confianza para responder a mi sentir sobre lo que acojo o descarto, de modo que me entiendo a mi mismo con mis contradicciones, en fin, estoy a gusto.
~ Mira que yo siempre he pensado algo así, más o menos como lo has dicho y aunque no frecuente un templo tengo mi relación personal con Dios, mi verdadero guía. Él ha sido quién me ha acompañado en momentos muy difíciles en que me he encontrado muy sola, además por medio de sus ángeles – en tanto dijo eso sentí que era el momento de compartirle lo que me habían dicho sobre nosotros.
~ Así que crees en los ángeles.
~ Sí, creo en los ángeles.
~ ¿Y qué piensas sobre la reencarnación?
~ Pienso que es posible.
~ ¿Y qué me dices de las almas gemelas?
~ Claro que creo en ello.
~ ¿Crees que nosotros seamos almas gemelas?
~ Mira que si lo he pensado, no sé, contigo me pasa algo muy particular. Es como si supiera qué estás pensando, si estás triste, si me necesitas, creo que lo siento.
~ ¿Y si te digo que me han confirmado eso sobre nosotros?
~ Eso explicaría muchas cosas que me pasan sólo contigo.
~ Mira Laura, yo no sé como sea la profundidad de ese tema, parece haber diferentes visiones al respecto, unos apuntan a almas gemelas potenciales y por esto hay quienes dicen que se trata de cientos de almas gemelas para cada ser. Muchos precisan en hablar de almas afines, cuya frecuencia de ser vibra de manera muy similar.
» Yo no sé si nosotros somos sólo los dos o si existen más de nosotros hasta llegar a ser 8 o cientos, la verdad, hasta ahora no he sentido por una mujer la conexión que siento contigo. Pero bueno, resulta también interesante romper el mito de quien ha creído que solo existe tan solo una persona correcta para sí y que al final todos en esencia surgimos del mismo Ser.
~ No lo había escuchado de esa manera.
~ A veces incluso, pueden tener otro tipo de vínculos, como padre e hijo, o hermanos.
» Ya sabes, es cuestión de almas, ni siquiera requieren rito alguno o atarse en el cielo, allí es otro asunto.
~ Es verdad, me gusta lo que dices aunque me resultaría difícil pensar en un alma gemela como un familiar.
~ Quizás más adelante me llegue el momento de tener una compañía o compañera verdadera para una buena parte que resta de este viaje.
~ Sé que tomé otro camino, pero no imaginas cuanto te he añorado.
~ Pues tu no alcanzas a imaginar como fue para mí. Hasta ahora prácticamente ninguna mujer después de ti ha sido realmente importante.
~ ¿Crees que si hubiéramos continuado las cosas funcionarían?
~ Yo también me lo he preguntado. Éramos demasiado inmaduros, definitivamente como nos encontrábamos no hubiesen funcionado las cosas.
~ Y éramos muy diferentes.
~ Sé que eso podría importar, pero el punto no es tanto la diferencia sino la convergencia, pues de hecho es interesante cierto complemento. Además, ¿qué de diferente haces ahora de lo que yo esperaba o deseaba de ti?
~ Sí, sé que finalmente hice eso que tu veías y yo no. De hecho sufrí mucho para tener a mi hija, ahora me desvivo por ella, ha sido un gran consuelo para mí.
~ Si sólo hubiésemos pasado algún umbral, ver las cosas en perspectiva y salir del círculo que nos mataba.
~ Justo como ahora. No sabes lo lindo que estás, ahora se nota más tu belleza interior que la física.
~ ¿Qué dices? ¿Me encuentro acabado?
~ No, no es eso, sigues viéndote muy bien. Sabes lo que quiero decir, valoro mucho lo que veo, creo que siempre quise verte y sentirte así con todo tu corazón abierto.
~ Y tú te ves muy guapa. Te ha sentado bien este tiempo, éramos muy flacos. Y esa ropita que traes me mata.
~ Siempre logras sonrojarme. ¿Qué voy a hacer contigo?
~ ¿Qué vas a hacer conmigo? ¿No será al contrario?
~ Alex, aún te quiero, no he dejado de hacerlo – Me quedé mudo por un instante y no tuve más remedio que decir:
~ Y yo a ti. Te confieso que hasta ahora, jamás ha salido de mis labios un “te amo” para una mujer que no seas tu. No soy capaz de decir ese tipo de cosas tan significativas cuando no las siento. De hecho hasta ahora, no he sentido verdaderamente abrir mi corazón con ninguna mujer, al menos no del modo como ha sido contigo.
~ Siento que entre nosotros no ha pasado el tiempo. Experimento esto que siempre he guardado por ti. ¿Crees que alguna vez podríamos tener una oportunidad?
~ ¿En esta vida? No lo sé. Y tú, ¿Estarías dispuesta a dejarlo todo?
~ No lo sé. No imaginas cuánto te he pensado y ahora que te veo no sabes las ganas que me dan de estar a tu lado – en ese momento se hizo un breve pero intenso silencio.
Enseguida tocaron a la puerta de la habitación en dónde me encontraba.
~ Alex el almuerzo está listo, te estamos esperando – me dijo la novia de mi primo.
~ Ok, espérenme un momento.
~ No tardes.
~ Me llaman, tengo que irme – le dije con un tono poco convincente, puesto que deseaba quedarme allí viéndola, pero quizá era el instante justo para cortar – Creo que entrar en un juego podría en principio pintar bien entre nosotros pero no sabemos como sería, yo no siento vivir con la sombra de alguien, de tu esposo, tal vez no quiera eso para mí …
~ No, yo lo sé. Sabes que no te quiero hacer promesas, tampoco quiero esa sombra para ti. Sé que mereces algo mejor. ¿Pero cómo hago para no pensar en ti?
~ Laura, bien has dicho que somos distintos, contigo lo quise todo, a medias nada.
~ Por favor, déjame verte en persona.
~ No, es mejor dejarlo así.
~ ¿Qué tiene de malo que nos veamos?
~ No sé lo que podría pasar.
~ No tendría que suceder nada, sabes que no voy a hacer nada.
~ Pero quizás yo sí lo haga.
~ ¡Ah! así que tienes dobles intenciones.
~ Si tú no te conoces yo sí me conozco algo.
~ Sólo quiero mirarte a los ojos y explicarte muchas cosas.
~ Mira, no estoy seguro si podría verte, tenerte en frente y seguir viviendo luego otro día sin ti, ya he pasado por algo así, no lo quiero repetir.
~ No te lo quería decir, pero estoy también asombrada porque precisamente me encuentro acá mismo en tu ciudad, así que estaré unos días más, de modo que no quisiera dejar pasar esta oportunidad.
~ ¡Cómo! – exclamé sorprendido y se me turbó la mente – Yo sólo quería hablarte para compartirte todo esto que te he dicho y agradecerte por el tiempo que vivimos juntos.
~ Sólo piénsalo y me dices.
~ ¡Qué insistente! No te prometo nada. Tengo que dejarte, me están esperando.