Bello recuerdo

Aquel día lunes en la oficina no lograba concentrarme. Verónica, quien no sólo era la gerente sino también mi amiga, notó mi desconcentración y aislamiento, así que no tardó en preguntar.

~ ¿Sucede algo contigo?

~ ¿Por qué?

~ Te noto desconcentrado y meditabundo.

~ Sí, es que … te parece si tomamos un café y hablamos.

~ Seguro, vamos.

Una vez, habiendo llegado a la cafetería continué diciendo.

~ Después de una década volví a hablar con una mujer que ha sido muy importante para mí.

~ ¿Cómo ha sido eso?

~ La contacté y nos vimos por video-chat.

~ ¡Oh, qué conmovedor!

~ No es lo que crees, ella tiene su hogar, está casada. Pensé que era el momento para liberarnos de penas y agradecerle.

~ Eso es lindo.

~ La verdad ahora no sé si fue lo mejor, es decir, me ha dejado nuevamente abatido porque de algún modo desearía que estuviésemos juntos, ante ella mi lógica se va al piso y me desestabilizo, pero bueno, ya he pasado por esto por un buen tiempo y la vida continúa.

~ ¿Y qué te dice?

~ Que igual me quiere pero eso no es suficiente en algunos momentos, existe el asunto de su matrimonio que te he dicho.

~ Pero no entiendo, nunca te había visto así, ¿Cómo es que se quieren y no están juntos?

~ De hecho, he sabido que ha sido fundamental en mi vida, luego he estado en hipnosis con Martín, el amigo que te presenté para las sesiones de coaching, y he recibido como regalo escenas en las que compartimos algunas vidas juntos.

~ ¡Qué triste!

~ Ya ves, no siempre terminan juntas las personas aunque se quieran o hayan sido lo que hayan sido.

~ Me parece curioso.

~ ¿Qué cosa?

~ Es que justamente estuve hablando con tu amigo Martín sobre el uso inconsciente que puede darle mucha gente a su energía de manera negativa, así como opera la ley de la atracción.

~ No te entiendo Verónica, alguna vez llegué a escuchar sobre la ley que mencionas y comprendí que no está por encima de la ley de la evolución ¿pero en sí, a qué te refieres con aquello de la energía negativa?

~ Envidia, por ejemplo, o llámalo movimiento energético oscuro, magia negra inconsciente y sin ritos.

~ ¿Cómo?

~ Se me ocurre que como los imagino a ustedes juntos, una pareja toda linda, no falta quién haya querido verlos separados, quizás una enamorada oculta tuya, a veces alguien del mismo sexo, una enamorada de ella por ejemplo, solo es una posibilidad, es que me parece triste.

~ Eso nunca había pasado por mi mente, imagino que esa magia de la que hablas y tales leyes hacen parte del juego cósmico en este mundo, quizás excusas generadas por algún sentido de culpa de un inconsciente por sanar.

» ¿Qué se sabe sobre cómo opera algo inconsciente? todo lo que hagas vuelve a ti, reflejado en otra escena, por eso, ante un panorama desagradable del efecto bumerán la mejor defensa es el perdón, por eso es una tarea de aprendizaje recurrente el no culpar a otros por circunstancias, salir del juego de la recriminación hacia sí mismo y evitar recriminar a los demás, en esencia resultamos siendo Uno.

~ Desde el ego es prácticamente imposible, pero mira, ya llegará la indicada, normalmente la gente tiene alguien que ha querido mucho luego termina formando un hogar con otra persona y las cosas pueden funcionar muy bien.

» El amor de pareja toma rumbos distintos en un hogar, el enamoramiento resulta ser pasajero. Cuando se está enamorado todo es ilusión, te encegueces, crees estar en una burbuja protectora y no sabes lo frágil que resulta, tanto que en cualquier momento puede romperse.

~ Comprendo lo que dices pero ha pasado mucho tiempo y no me ha sido posible sentir algo tan fuerte por otra mujer, me engañaría a mi mismo si me conformo con poco, no quiero eso para mí. Me he tomado tiempo en la vida para llegar a reconocer lo que quiero, además para reducirlo a cariño no tengo que condicionarme ni complicarme la vida con un hogar o compromisos de más, al menos no por el momento.

~ Sólo te lo digo si te sirve de algo, se puede terminar casado con la persona sustituta así ejerce menos presión para tu vida y las cosas pueden funcionar perfectamente.

~ No sé si olvidaste que me iba a casar, era precisamente eso lo que pretendía hacer y me resultó imposible, no me sentía cómodo, en esas cosas soy poco práctico, las parejas cordiales de acuerdos de vida no son suficientes para mí.

» Eso que dices me resulta patético, imagino a gente que cuando están juntos ante el mundo se conectan como si representaran una obra teatral pueden lucir como un rey y una reina, tienen ese poder de comunicar tal cosa al mundo pero tras las paredes es otro cuento.

~ ¿No estarás pretendiendo que todo deba ser perfecto o sí?

~ Lamento si he terminado generalizando no he pretendido eso, recuerda que simplemente hablo por mí, a lo mejor llegue a visualizar algo moderado. ¿Y si las peleas son perfectas?, por supuesto que las incluyo en el presupuesto. Si hay algo que he experimentado en esta vida se ajusta a aquello de que lo dulce nunca es tan dulce sin lo agrio, pero tampoco tiene que ser un karma – en cuanto dije aquello me di cuenta de que quizás Laura siempre lo vio, por esto fue determinante al cortar con lo nuestro sin volver a dar marcha atrás.

~ Alexander, yo no he visto una persona tan capaz y singular como tú, de seguro habrá alguien que te valore, porque si te sirve de algo, ella no te merece. Si realmente ella te quisiera no debería abrirse de esa manera o darte esperanzas si sabe que nada va a cambiar.

~ No sé, quizás en el fondo esa es una de las cosas que me duelen en este momento.

~ Yo siempre te he visto con ánimo y ahora mira la cara que tienes. Ella no te conviene, la mujer que buscas de seguro la encontrarás. Además, hay vínculos entre un hombre y una mujer que son difíciles de romper cuando se tienen hijos.

~ No sé si desee buscar mujer ahora, de igual manera, como te había dicho ya he vivido esto antes aún así necesito hacer algo. Gracias por acompañarme, el café estaba delicioso. Me retiré con cierta sensación como cuando te dicen algo que sabes que puede ser lo más correcto pero sientes que debes hacer otra cosa. Necesitaba verla, así que me dispuse a llamar a Laura para vernos. Acordamos encontrarnos en un centro comercial. Cuando llegué, logré ver que ella también acababa de llegar y se dirigía al punto de encuentro. La quería sorprender pero como si hubiese sentido mi mirada dio un giro.

~ ¡Hola! – Dijo con aquella sonrisa grande que tanto había extrañado, mientras la miraba fijamente y le respondía.

~ ¡Hola! – Me dirigí a darle un abrazo, ella llevaba una blusa con sus hombros descubiertos y sosteniéndola entre mis brazos espontáneamente de manera atrevida besé su hombro derecho y la levanté un poco.

~ ¡Qué alegría por fin verte así!

~ ¿Qué tal tu día? – pregunté como por cambiar de tema y suavizar la situación mientras salía de mi una sonrisa que me delataba.

~ Tú dime, acá estoy sin palabras.

~ Acompáñame primero a comprar algo.

~ Ok.

Estando en un almacén mientras lucía desprevenida me escabullí entre los pasillos como un niño buscando juego, capté su atención y me siguió. La perdí en los pasillos y aparecí finalmente detrás de ella. Como si fuésemos dos imanes cargados de modo opuesto, no pude evitar tomarla de nuevo en mis brazos, alzarla y darle vueltas, solo reíamos pero algo me detenía a llegar a otras instancias. Compré lo que necesitaba y luego nos dirigimos a un café.

~ Y bien Laura, dime qué tanto tenías para decirme.

~ Ahora no sé, creo que sólo quería verte.

~ Eso es trampa.

~ No me importa, pero no me mires así.

~ Así ¿cómo?

~ No sé, con esa mirada profunda y fija que me ruboriza.

~ Hace rato no te veía, déjame tomarte una foto mental – como un par de tontos, no dejábamos esa sonrisa estúpida.

~ Es un tanto extraño verte después de tanto tiempo, aunque siento que las cosas no han pasado, como si fuese ayer, me tienes nerviosa.

~ Da igual, las cosas no van a cambiar – tendría que haber uno que enfriara un poco las cosas.

~ Lo siento tanto.

~ Si hay algo que me ha hecho descansar es saber que lo intenté.

~ Yo también quise hacerlo. Ya olvidaste cuando me dejaste esperando en el aeropuerto.

~ ¿Cómo? ¿Cuándo?

~ ¿Ya lo olvidaste? Yo te llamé y te pedí que me atendieras, primero dijiste que no estabas seguro, y cuando te llamé a avisarte que tenía el tiquete me dijiste que lo cancelara. Ese día te esperé en el aeropuerto con la idea de que cambiaras de opinión, hasta que supe que no llegarías.

~ Ya recuerdo esa llamada, pero habían pasado varios años, quizás cinco, estaba muy dolido. Siempre te dije que querías tener el sartén por el mango.

~ Esta es la hora que no comprendo a que te has referido con eso de tener la sartén por el mango.

~ Pero ¿cómo es posible que no lo comprendas? Si de veras querías estar conmigo no es tan sencillo como tomar un teléfono, pretender arreglarlo todo de la nada y quedar felices, cuando de por medio tienes un matrimonio. De otro modo yo sería el otro cuando fui el primero.

» Se requieren hechos concretos Laura, como un papel del inicio de un proceso de divorcio, o qué sé yo, no te lo tomes a pecho, simplemente esforzarte otro poco hubiese sido suficiente, que no se tratara tan sólo de palabras, poder ver que verdaderamente reconocías por lo que yo había pasado y que tenías otra actitud para con lo nuestro.

~ Eso era precisamente lo que tenía por contarte esa vez, que me estaba separando. En aquella ocasión lo había dejado a él y quería que supieras que lo estaba haciendo porque no podía vivir así cuando sabía que te amaba a ti.

~ Igual continuaron y como he dicho habían pasado años en que nunca sucedió eso, fue muy doloroso para mí así que había decidido cuidarme de ti, estaba intentando que las cosas funcionaran con una novia.

~ Lo dices como si yo fuera algo terrible para ti.

~ No, simplemente que aprendes a permitirte o no cosas, si no se tiene amor propio quién va a quererte. Por eso creo que te puedo comprender y espero que tú también sepas comprenderme. Finalmente las cosas no se nos daban, además estuvimos viviendo con culpas, es hora de no aferrarse al pasado, al menos no de ese modo triste.

~ Alex dime ¿Cómo hago para dejar de pensar en ti?

~ Nada, si es inevitable ¿qué puedes hacer?, yo sé lo que es eso.

~ Te ves muy guapo, no me canso de verte – me hizo sonreír y olvidar lo que hablábamos.

~ Y tu estás mucho más bella que en el tiempo que anduvimos juntos, te sienta bien todo, excepto claro … el hecho de que no estás a mi lado.

~ Este día en serio es único, no me lo vas a poder quitar.

~ Sí, tal vez sea un regalo.

~ Es de los dos y para los dos.

~ Es así como te quiero recordar, con lo bello de ti y que produce algo en mí que no puedo explicar.

~ Eres un sol.

~ Escucha, es sólo que no quiero sentirme como uno que se mete en un hogar, en realidad me refiero al riesgo de caer en un juego, además porque en estos momentos quiero continuar mi vida con libertad para ciertas cosas que siento hacer.

~ Lo sé – se hizo un silencio, me miró y dijo – Te amo.

~ Yo nunca dejé de amarte.

~ ¡Cuánto duele renunciar a ti! – Bajó su cabeza un momento, luego me miró y se detuvo como si se frenara en decirme algo y finalmente lo hizo – Alex, tengo algo más que decirte …

~ ¡Dime!

~ La razón por la que no ando en casa es porque no estoy con él, las cosas están así hace un par de meses.

~ Por favor no me vayas a malinterpretar … – Me encontraba sorprendido pero no quería dejarme llevar por el momento, ni siquiera sabía qué decir y como suele suceder lo primero que te llega es cualquier ocurrencia – No es que crea que haya impedimentos del todo. Creo que pueden existir posiciones prudentes ante ciertas circunstancias. Hay que saber cuando arriesgar o cuando no, quizás tuvimos la oportunidad y titubeamos.

» Existen muchas decisiones que se han tomado desde antes de nacer, acuerdos que son para nuestro beneficio, bien sea por ti, por lo que tenías que vivir con tu esposo o por lo que tenga la vida conmigo.

~ No quiero escuchar eso ahora.

~ Lo sé, es que necesitaba decírtelo, no sé hasta cuando pueda volverte a ver.

~ Por eso mismo, mírame, estoy aquí.

~ Laura, teniéndote en frente sé que en nada ha cambiado mis sentimientos hacia ti pero si te sirve de algo hemos estado en el mismo camino, eso no lo olvides. Y si estamos acá en este escenario al mismo tiempo es porque así lo decidimos.

~ Eres mi rey, yo le tengo que agradecer a Dios porque existes pero sobre todo porque existes en mi alma, en mi corazón y que me dio esta vida para conocerte.

~ Cuando te casaste no me lo esperaba, me rompiste el corazón. Sufrí mucho por esta separación en nuestras vidas.

~ Mi amor perdóname.

~ ¿Perdonarte por mi aparente soledad al privarme de ti? Sí, claro, ya ves, no he tenido remedio mas que amarte así que resulta inevitable perdonarte, además te comprendo. ¿Y tú de verdad me perdonaste las veces que te lo pedí?

~ Tú sabes que sí.

~ Sólo sigamos adelante y pensemos el modo correcto, pero si existen otras circunstancias jamás repitamos algo así. Creo que va siendo hora de despedirnos.

~ ¿No me olvidarás, verdad?

~ ¿Olvidarte? … No creo.

~ ¿Sabré de ti?

~ Quizás escucharás de mi.

~ ¿Y volverás a mi?

~ No sé cómo será eso pero te diré que nunca estamos separados.

~ Yo te estaré esperando algún día.

Veía sus ojos y me perdía en su mundo, lo decía de un modo tan verdadero que me hacía pensar que sería así para cuando dejara esta vida. Después de pagar la cuenta y caminar unos pasos para partir cada uno por su camino, estando en la calle en medio de un día soleado comenzó a caer una suave lluvia, ella dijo:

~ ¿Recuerdas cuánto me gustaba estar bajo la lluvia contigo?

~ Claro que lo recuerdo.

Luego, un nuevo silencio acompañado de miradas profundas nos rodeó.

~ No me mires así, no sabes lo que pasa por todo mi cuerpo – lo decía como si se le agotase el aliento, hasta que me decidí a acercarme otro poco y mientras la tomaba en mis brazos y sentía como ella temblaba, dije:

~ Mi amor, te miro así porque haces que se me olvide el mundo entero.

~ Es que este amor supera este corazón, mi humanidad.

~ ¡Mira! ¿No crees que es un regalo que llueva? Es como una señal, las gotas vienen de arriba, del cielo. Con este bello recuerdo juntos deseo quedarme.

No podríamos evitarlo, así que justo antes de partir cada uno por su camino, finalmente nuestras labios se encontraron abriendo paso a un dulce beso y a su vez de gran pasión, como si el mundo dejase de existir y una burbuja nos contuviera flotando en el aire nos encontrábamos envueltos en un instante eterno. ¡Y qué podría decir de lo que sucedió después! … mejor lo dejamos a la imaginación.